HILOS TENSORES

Los hilos tensores constituyen una nueva técnica de lifting no quirúrgico. El tratamiento con hilos tensores consiste en la colocación de diversos hilos en el tejido subcutáneo que mejoran la flacidez y estimulan la producción de colágeno y de fibroblastos alrededor del hilo, tensando y redensificando la piel.

Los hilos tensores son hilos de sutura reabsorbibles biocompatibles que favorecen la cohesión de las células, ofreciendo como resultado un tensado cutáneo.

La colocación de hilos tensores de ácido poliláctico (PLA) o polidioxanona (PDO) es sencilla, rápida e indolora. No son necesarios puntos ni incisiones.

Una vez se ha aplicado la sutura, los hilos tensores actúan en el tejido subcutáneo y estimulan la activación de los fibroblastos y la producción de colágeno. Esta actividad, que se prolonga durante algún tiempo, ayuda a aumentar el volumen y restaura la forma del rostro de forma gradual y natural.

El ácido poliláctico (PLA) que forma los hilos tensores es un conocido polímero que lleva años utilizándose en diversos campos médicos, como el de la cirugía craneofacial. Es un material totalmente reabsorbible y compatible biológicamente con los tejidos humanos.

Este material tiene una tasa de degradación mucho más lenta que otros materiales utilizados con frecuencia en la realización de suturas, por lo que sus beneficios se prolongan durante más tiempo.

La polidioxanona (PDO) es un material reabsorbible y compatible con los tejidos humanos y muy empleado en las suturas de cirugía cardíaca, ya que potencia la cohesión de las células.

A nivel subcutáneo, la polidioxanona genera una fibrosis o proceso reparativo a su alrededor, lo que desencadena la producción de nuevas fibras elásticas de colágeno y elastina.

La aplicación de los hilos tensores es muy sencilla. Mediante una cánula especial se deposita el hilo espiculado o cónico y a través de una tensión del mismo se produce el tensado de la piel.

Los resultados que ofrece el tratamiento con hilos tensores son naturales, sin cambios artificiales en el rostro y en armonía con la fisonomía de la persona. Sus resultados se observan desde la aplicación, mejorando cada semana y aumentando hasta los 3 primeros meses.

Los efectos de los hilos tensores se mantienen de 12 a 18 meses, dependiendo del tipo de piel y de las características específicas de la persona.

  • Los hilos tensores son totalmente reabsorbibles y compatibles al 100% con el organismo.
  • Es una manera fácil y no invasiva de tener un efecto lifting sin cirugía, y por lo tanto sin anestesia.
  • El cambio experimentado después del tratamiento es muy natural.
  • Los hilos tensores ni se notan ni se ven; tampoco se perciben al tacto.
  • No hace falta una preparación previa al tratamiento, aunque se pueden seguir los consejos de los especialistas para que los hilos tensores sean más efectivos.
  • Los hilos tensores se pueden aplicar en el rostro y en el cuerpo.
  • Se pueden complementar con otros tratamientos de rejuvenecimiento facial.
  • Hay diferentes tipos y tamaños de hilos a elegir según la zona de aplicación.
  • No dejan cicatrices.
  • El tratamiento se puede repetir para reforzar los efectos.
  • Los hilos tensores estimulan la producción de colágeno y elastina en la piel.

  • Provocan un efecto lifting inmediato, a la vez que se favorece la producción natural de colágeno y elastina.
  • Producen una elevación y reestructuración de las áreas tratadas. • Definen un contorno natural. Previenen la flacidez y mejoran la ya establecida.
  • No cambian la fisonomía, sino que la mejoran de forma notable.

Aunque la zona donde se aplican habitualmente es el rostro, existen otras zonas del cuerpo donde consiguen reafirmar la piel notablemente:

  • Cuello
  • Brazos
  • Vientre
  • Senos
  • Glúteos
  • Parte interior de los muslos

Una de las principales ventajas del tratamiento con hilos tensores son sus pocas contraindicaciones e incompatibilidades. Se debe evitar el tratamiento en los siguientes casos:

  • Enfermedades neoplásicas y autoinmunes, afecciones vasculares y diabetes.
  • Mujeres en período de gestación o lactancia.
  • Personas con infecciones activas en la zona donde va a aplicarse el tratamiento.
  • Personas que estén tomando anticoagulantes o antiinflamatorios, ya que generarían dificultades en la cicatrización.