TRATAMIENTO ANTI-AGING O REJUVENENCEDOR

El tratamiento Anti-Aging o rejuvenecedor facial se aplica según el grado de envejecimiento y actúa de manera eficaz contra los signos de envejecimiento facial (envejecimiento biológico, cronológico o fotoenvejecimiento). Gracias a una efectiva combinación de tratamientos conseguimos actuar sobre las esteticopatías que presenta la piel en las diferentes capas del tejido.

Grado I: piel asfixiada, poros dilatados, falta de luminosidad, líneas finas de expresión

Grado II: pérdida de elasticidad, discromías, fotoenvejecimiento, queratosis, arrugas dinámicas

Grado III: hiperpigmentaciones, flacidez del tejido, arrugas dinámicas y gravitatorias

Grado IV: disfunción de las glándulas sebáceas, lentigos solares, arrugas profundas, descuelgue del óvalo facial.

Realizamos diferentes tipos de tratamientos antiaging o de rejuvenecimiento facial:

• Tratamientos antiarrugas

• Tratamientos reafirmantes

• Tratamientos regeneradores

• Tratamientos despigmentantes

• Tratamientos para pieles sensibles

• Tratamientos de bolsas y ojeras

• Tratamientos revitalizantes

   Tratamiento con laser IPL de rejuvenecimiento

• Activa la renovación celular (acción peeling) de las fibras elásticas y colágenas

• Reestructura y estimula la producción de colágeno y elastina

• Estimula los mecanismos de defensa de la piel

• Aporta sustancias fundamentales a la dermis

• Reeduca la musculatura del óvalo facial

• Hidrata y nutre la piel

• Ilumina y revitaliza el rostro

• Uniformiza y suaviza la piel y reduce las imperfecciones

Combinamos tratamientos con aparatos médicos y tratamientos manuales. Esta combinación nos permite abordar las diferentes esteticopatías de la piel, adaptándonos a sus necesidades y evolución.

El tratamiento Anti-Aging o rejuvenecedor facial que hacemos es totalmente personalizado; se inicia con un análisis dérmico y con la exploración de la piel (lámpara de Wood) y se tratan las diferentes capas del tejido.

  • Radiofrecuencia
  • Mesoterapia
  • Bioestimulación
  • Mesoéclat
  • Colágeno 360º
  • Tratamiento con ácido hialurónico
  • Fotorrejuvenecimiento LPI

Radiofrecuencia de micropunción

Nuestra piel envejece por diversos motivos, y si bien no todos son evitables, algunos pueden ser controlados mediante tratamientos preventivos.

Conocer los factores internos y externos que afectan a la estructura y la función de la piel puede contribuir a elegir los tratamientos cutáneos más adecuados y las medidas preventivas convenientes.

A partir de los 25 años de edad comienzan a manifestarse los primeros signos de envejecimiento en la superficie de la piel. Inicialmente aparecen líneas finas y, con el transcurso del tiempo, llegan a apreciarse arrugas, pérdida de volumen y pérdida de densidad.

Nuestra edad biológica determina los cambios estructurales de la piel y la eficiencia de las funciones celulares. Estas funciones disminuyen a medida que pasan los años.

• Suministro sanguíneo más deficiente: con los años, empeora la llegada de oxígeno y de nutrientes a la superficie cutánea. El tono de la piel se vuelve más apagado y desaparece el brillo característico de la piel joven.

• Causas genéticas: la raza y el tipo de piel determinan también la aparición de signos de envejecimiento en la superficie cutánea.

Los factores externos que afectan a la velocidad del envejecimiento cutáneo se deben a un único proceso: el estrés oxidativo. Se trata de la liberación de moléculas llamadas radicales libres o especies de oxígeno reactivo en el organismo.

El estrés oxidativo se desencadena y se acelera por diversos factores relacionados con el estilo de vida, como el sol, el tabaco y el alcohol, la falta de sueño, la contaminación, una mala nutrición, etc.

La teoría del envejecimiento basada en los radicales libres afirma que envejecemos debido a la acumulación de daños causados por los radicales libres en el transcurso del tiempo.

En circunstancias normales, los radicales libres son atrapados y neutralizados por los antioxidantes de la piel, es decir, moléculas con capacidad para captarlos y detenerlos. No obstante, con los años disminuye la aptitud de la piel para desactivar los radicales libres y el resultado es la lesión de todos los componentes de la célula cutánea